De miedos...

Y la cabeza te da vueltas demasiado rápido. Necesitas pensar…
Intentas pararlo, pero tu estómago ruge tan fuerte que no te deja concentrarte.
¡Cállate ya!- Piensas, sin querer.
Miras a todo el mundo, odias a todo el mundo.

¿Por qué coño sonríes? ¿No te das cuenta de lo que pasa?
Pero la que no te das cuenta eres tú.

Pierdes el tiempo… No funciona, nunca funcionará.
Y te preguntas por qué tus piernas no son capaces de sostenerte, por qué tienes que esforzarte tanto para mantenerte en pie.
Estás cansada, es eso…
Estúpida niña, no entiendes nada.

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Nunca pensé que fuera a escribir sobre esto, y menos tan claro como lo voy a hacer.

Hoy, tras largas horas de no-dormir y recordar he vuelto a buscar, con miedo, páginas que ya casi no recordaba. Ha sido una desagradable “sorpresa” ver que sigue siendo igual de fácil encontrar formas y trucos para matarse de hambre. Páginas proana y promía.

A mucha gente le sorprendería ver la cantidad de niñas que entran en esas páginas.
No son malas, no buscan hacer daño, sólo quieren sentirse respaldadas y no saben como. Cuantas veces he oído decir: No pienso dejarlo porque es lo único que va a estar siempre ahí, así siempre voy a tener algo… Sí, suena ridículo, pero así es. Cuando tienes tanto miedo a vivir nada mejor que matarte de hambre para no tener que pensar.

No necesitan que nadie les diga que tienen que comer y como deben hacerlo, lo saben de sobra, mejor que la mayoría de la gente. Sólo necesitan un motivo mejor para vivir, una ilusión más grande. Quieren ser especiales por algo.

No pienso poner ni una foto, ni un enlace, ni un frase de esas páginas. Nada de publicidad…

Y si alguien entra aquí por casualidad buscando otra cosa… pues sólo le digo que no, que no funciona. Y ojala se dé cuenta a tiempo…

Dejad de perder el tiempo…